Una de las grandes ventajas de los badenes es que siguen siendo disuasorios por mucho que los conductores se acostumbren a su presencia. Las señales intermitentes o la vigilancia intermitente del tráfico cambian los comportamientos durante un tiempo, pero los conductores suelen volver al comportamiento anterior. Uno puede ignorar una señal, pero no la carretera que hay debajo. Un badén o un badén crean la misma incomodidad al conductor que va demasiado deprisa, tanto si es la primera vez que pasa por él como si es la centésima.
Un badén no es perfecto para todas las situaciones de pacificación del tráfico. Los obstáculos funcionan mejor cuando el conductor sabe que se acercan y empieza a reducir la velocidad antes de llegar a su borde. Los badenes y badenes suelen estar bien señalizados con colores contrastados o superficies reflectantes para garantizar su visibilidad, pero también deben instalarse en lugares donde el conductor pueda verlos venir.
No son eficaces cuando se utilizan en medio de una curva larga, o en calles cuya pendiente es superior al 8%. Una pendiente pronunciada también puede modificar la altura efectiva de un badén o badén y crear un impacto mayor del previsto. La visibilidad también puede ser un problema en algunos climas invernales en los que las nevadas son intensas y las calles locales se quedan sin barrer.
Los badenes y driveway speed bumps tampoco se recomiendan en vías arteriales o de emergencia, donde pueden ser un peligro. Si se toman de forma inesperada o a demasiada velocidad, estos obstáculos pueden hacer que el conductor pierda el control o dañe el vehículo.
Sin embargo, cuando se utilizan en el entorno adecuado, son las herramientas más adaptables de la caja de herramientas de gestión del tráfico. Para más seguridad consulte las señales de tráfico de su comunidad.