¿Por qué hacemos regalos en Navidad?

Dar y recibir regalos en Navidad es una de las alegrías de las fiestas. Los detalles para regalar en navidad es un momento especialmente emocionante para los niños. La mayoría de nosotros puede recordar la emoción y la anticipación de bajar las escaleras temprano en la mañana de Navidad para encontrar los calcetines llenos de golosinas navideñas y una pila de regalos envueltos de colores bajo el árbol de Navidad.

Pero, ¿por qué celebramos esta tradición anual y cómo ha cambiado la costumbre de hacer regalos a lo largo de los años? En este artículo, nuestro historiador de propiedades, Andrew Hann, analiza una de nuestras tradiciones festivas favoritas.

Los primeros días de la entrega de regalos

Hacer regalos es una tradición muy antigua, probablemente tan antigua como la propia humanidad. Probablemente era una práctica común en la prehistoria, que ayudaba a mantener las relaciones amistosas entre diferentes grupos de personas creando lazos de confianza entre ellos.

Sabemos que el solsticio de invierno, normalmente el 21 o 22 de diciembre, era un momento importante durante el Neolítico. En esta época, la gente se reunía en lugares como Stonehenge para celebrar fiestas e intercambiar regalos para conmemorar el final de un año y el comienzo del siguiente. Las excavaciones realizadas en Durrington Walls, cerca de Stonehenge, han sacado a la luz más de 38.000 huesos de animales, en su mayoría de cerdos y algunas reses que habían sido sacrificadas a mediados del invierno. Muchos de los huesos aún tenían carne cuando fueron desechados, lo que sugiere que había mucha comida para todos.

En la época prerromana también existía la tradición de hacer regalos en Año Nuevo. Al principio de cada año, los druidas repartían ramitas de su planta sagrada, el muérdago, para desear a su pueblo buena suerte en el año siguiente. Los romanos hacían regalos conocidos como strenae, llamados así en honor a Strenia, diosa de la salud y el bienestar físico, de cuya arboleda sagrada procedían las ramitas de laurel que daban suerte. Al principio, los regalos consistían en ramitas y ramas de árboles sagrados, pero más tarde se intercambiaban nueces doradas o incluso monedas con la imagen de Jano, el dios de dos caras que da nombre a enero.

La Saturnalia

La Saturnalia, la fiesta más popular del antiguo calendario romano, se inspiraba en estos anteriores rituales agrícolas del pleno invierno y del solsticio de invierno. Comenzaba el 17 de diciembre y se prolongaba hasta el 23, y era una época de fiesta, banquetes y regalos privados, en la que se rompían las normas sociales.

Durante este tiempo de juerga, se permitía el juego, se dejaba de lado el trabajo y los amos atendían a sus sirvientes. La gente intercambiaba regalos de broma o pequeñas figuras de cera o cerámica conocidas como Sigillaria. En sus poemas sobre la Saturnalia, el poeta romano Marcial describe sobre todo regalos poco costosos, como tablillas de escritura, cubiletes, lámparas, peines y palillos de dientes, señalando que éstos respondían más al espíritu de la época.

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